CASANOVA
Cuando hablamos de Casanova estamos hablando también de la bella ciudad de Venecia, inmediatamente se piensa en el amor y en las mejores historias de amor que tuvieron lugar en este maravilloso lugar del mundo. Una ciudad mágica que encierra numerosas historias de personajes y leyendas muy populares, que surgieron en el nombre del amor.
Y si de amantes se trata, no podemos dejar de mencionar a Casanova, uno de los amantes venecianos más reconocidos en la historia. A continuación conoceremos un poco más de este personaje singular.

La vida de Casanova
Casanova es nacido en Venecia en 1725, quienes lo conocían daban fe de ser un hombre inteligente y atractivo. Además era mujeriego, violinista, espía, comerciante, bibliotecario, presunto alquimista y un clérigo de la iglesia. También es el autor de «Duelos de peleas» y «Sátiras».
A los 12 años entró a la Universidad de Padua, pero al graduarse opto por dedicarse a ciertos vicios que lo destruirían. Nos referimos al vicio del juego y las mujeres.
Según nos cuenta la leyenda, se inició en el amor desde muy temprana edad. Pero solo una vez le rompieron el corazón, fue para cuando tenía 21 años y se escapó a Parma. Cuando esto pasó, Casanova sedujo a docenas de mujeres más. Mientras tanto, escribió una obra de su propia vida.
De hecho, estuvo en la cárcel y muchas veces lo expulsaron de Venecia, pero nuevamente regresaba a su ciudad natal. Un aventurero consumado, como demuestra su implicación en el establecimiento de la lotería francesa. O su insólita fuga de la cárcel veneciana de los Piombi corriendo por los tejados del Palacio Ducal, acompañado de otro preso.
Terminó sus días como bibliotecario, hasta varias veces intentó quitarse la vida pero fracasó, porque a pesar de todo tenía el profundo deseo de escribir sus memorias.
Una actividad que le salvo la vida y que lo sostuvo hasta el final de sus días, a sus 73 años. Pero antes del fin de su vida, hay un puente que mucho significó en sus momentos personales vividos.
El «Puente de los Suspiros»
Antes de huir tuvo que atravesar el Puente de los Suspiros, que conectaba el edificio con la cárcel. De allí, el nombre que recibe por los suspiros que debían dar los presos al decir adiós a su libertad, mientras contemplaban una última imagen de Venecia.

Este famoso puente es muy visitado por todos, por su carácter romántico. Se construyó en el año 1602, se utilizó piedra caliza de color muy claro. Uniendo en las alturas el Palazzo Ducale con la antigua prisión de la inquisición llamada Piombi, ambos separados por un estrecho canal.
Además cuenta la historia que cuando un prisionero se lo trasladaba a otro sitio, se le permitía mirar por última vez una de las pequeñas ventanas que daba a la bella Venecia. Con razón antes de ser ejecutados, miraban hacia el horizonte de Venecia y un suspiro surgía inmediatamente del prisionero.
Según otra leyenda, asegura que si una pareja cruza el puente al atardecer y se besan debajo, tendrán amor y felicidad eterna. Esta tradición ha ido adquiriendo mucha fuerza con el paso del tiempo, por eso hasta el día de hoy, muchos enamorados lo cruzan para seguir las tradiciones venecianas.