Cómo hacer Rosquitas caseras recien horneadas
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Cómo hacer Rosquitas caseras recien horneadas ¡Muy buena receta para esta epoca!

Estas rosquitas suaves y esponjosas son ideales para acompañar el mate o un cafecito.

Su textura dorada y su sabor ligeramente dulce las convierten en una opción infalible para cualquier merienda.

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Con ingredientes simples, podés preparar una buena cantidad y compartir en casa.

Ingredientes

  • 800 g de harina común

  • 200 g de harina integral

  • 10 g de levadura seca (o 30 g de levadura fresca)

  • 200 ml de leche tibia

  • 150 ml de agua tibia

  • 3 huevos

  • 100 g de azúcar

  • 100 g de manteca blanda

  • 1 cucharadita de sal

  • 1 cucharada de esencia de vainilla o ralladura de naranja (opcional)

Preparación

  1. Disolvé la levadura en la leche tibia con una cucharada del azúcar y dejá reposar 10 minutos hasta que espume.

  2. En un bol grande, mezclá las harinas, el azúcar restante y la sal. Hacé un hueco en el centro y agregá los huevos, la mezcla de levadura y la esencia o ralladura.

  3. Comenzá a integrar todo y agregá de a poco el agua tibia hasta formar una masa tierna y apenas pegajosa.

  4. Amasá durante 5 minutos y luego incorporá la manteca blanda en trozos. Continuá amasando hasta que la masa quede lisa, elástica y uniforme.

  5. Cubrí el bol con un paño y dejá levar durante una hora o hasta que duplique su tamaño.

  6. Dividí la masa en porciones pequeñas. Estirá cada una formando tiras y unilas en forma de aro o trenzalas si querés un toque decorativo.

  7. Colocá las rosquitas en una placa enmantecada o con papel manteca, tapalas y dejalas descansar 30 minutos más.

  8. Precalentá el horno a 180 °C. Pincelá con huevo batido para dar brillo.

  9. Horneá entre 20 y 25 minutos, o hasta que estén bien doradas por encima.

  10. Retirá del horno y dejá enfriar sobre una rejilla antes de servirlas.

Consejos:

  • Si querés que queden más dulces, espolvoreá con azúcar apenas salen del horno.

  • También podés hacer una versión más aromática agregando canela o anís molido a la masa.

  • Para conservarlas, guardalas en un recipiente hermético una vez frías, o congelalas por separado para tener siempre a mano.

  • Si no tenés harina integral, podés usar todo de harina común, aunque el toque de la integral les da un sabor más casero.

Estas rosquitas son un clásico que no falla, y con esta receta salen perfectas: suaves, esponjosas y muy rendidoras.

Preparalas para compartir en casa o para sorprender con algo casero y delicioso.

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