Con el paso del tiempo, las almohadas acumulan sudor, grasa, polvo y restos de piel, lo que les da un tono amarillento y un olor desagradable.
Aunque muchas veces las fundas se lavan con frecuencia, el interior también necesita una limpieza profunda para eliminar bacterias y recuperar su blancura original.

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A continuación, te contamos cómo hacerlo de forma natural, sin dañar los tejidos ni el relleno.
Paso 1: Retirar la funda y el relleno
Si tus almohadas tienen funda extraíble, quitala y lavala por separado.
Si el relleno es de plumas, espuma o fibras sintéticas, abrí la cremallera y retirá el contenido con cuidado.
Colocá el relleno en una superficie limpia o dentro de una bolsa de tela para protegerlo mientras lavás la funda.
En el caso de las almohadas enteras, verificá primero la etiqueta: la mayoría de las de microfibra, plumón o poliéster pueden lavarse en el lavarropas, mientras que las de espuma viscoelástica deben limpiarse a mano.
Paso 2: Preparar el blanqueador natural
Este método casero es ideal para eliminar las manchas de sudor y devolver el blanco original sin usar productos agresivos.
Vas a necesitar:
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1 taza de bicarbonato de sodio
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½ taza de vinagre blanco
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½ taza de agua oxigenada (peróxido de hidrógeno)
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1 cucharada de jabón líquido para ropa o detergente neutro
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Agua caliente
Paso 3: Lavado en el lavarropas
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Colocá las almohadas dentro del tambor (si son pequeñas, lavá dos por vez para mantener el equilibrio del tambor).
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Añadí el bicarbonato y el jabón en el compartimento del detergente.
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En el compartimento del suavizante, verté el vinagre y el agua oxigenada.
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Elegí un ciclo largo con agua caliente y enjuague adicional para eliminar todo residuo.
Durante el lavado, el vinagre desinfecta y elimina olores, el bicarbonato neutraliza manchas y la combinación con agua oxigenada potencia el efecto blanqueador.
Paso 4: Secado adecuado
El secado es clave para evitar la formación de moho o malos olores. Si podés, colgá las almohadas al aire libre, preferiblemente al sol, ya que la luz solar también ayuda a desinfectar.
Si usás secadora, colocá un par de pelotas de tenis limpias o bolas de secado dentro del tambor. Esto ayuda a mantener el relleno suelto y evita que se apelmace.
Paso 5: Limpieza del relleno (si es necesario)
Para el relleno de plumas o fibras, sumergilo en una mezcla de agua tibia con un chorrito de vinagre y una cucharada de bicarbonato.
Apretá suavemente para que penetre la solución sin frotar. Enjuagá con agua limpia, escurrí sin retorcer y dejá secar completamente al sol.
Si el relleno es de espuma viscoelástica, no lo sumerjas.
Solo pasá un paño húmedo con vinagre blanco y unas gotas de aceite esencial (como lavanda o eucalipto) para eliminar olores y bacterias.
Consejos útiles
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Lavá las almohadas cada 3 a 4 meses para mantenerlas limpias y libres de ácaros.
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Usá fundas protectoras impermeables para prolongar su vida útil.
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Evitá el uso de blanqueadores químicos, ya que pueden dañar las fibras con el tiempo.
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Si el olor a humedad persiste, espolvoreá bicarbonato sobre la almohada seca, dejalo actuar 1 hora y luego aspirá.
Con este método natural, tus almohadas recuperarán su blancura, frescura y suavidad como si fueran nuevas, sin recurrir a productos agresivos ni costosos.
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