El pastel de acelga es una de las mejores formas de aprovechar esta verdura de hojas verdes, nutritiva y versátil.
Con un sabor característico y una textura suave, se convierte en un plato ideal para una comida completa, saludable y rendidora.
Te recomendamos: ¡2 calabacines y 1 taza de avena! ¡Es tan delicioso que preparo este plato todas las semanas!
Preparado al horno, queda esponjoso y con una cubierta dorada que lo hace irresistible.
Ingredientes
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1 atado grande de acelga fresca
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1 cebolla grande
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1 diente de ajo
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2 papas medianas
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3 huevos
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150 g de queso rallado
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100 g de queso cremoso en cubos
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4 cucharadas de pan rallado
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3 cucharadas de aceite de oliva
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Sal y pimienta a gusto
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Nuez moscada (opcional)
Preparación
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Lavá bien la acelga, separá las hojas y hervilas en agua con sal durante 5 minutos. Escurrí y picá finamente.
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Pelá y cortá las papas en cubos pequeños, hervilas hasta que estén tiernas y reservá.
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En una sartén con aceite de oliva, rehogá la cebolla picada y el diente de ajo hasta que estén dorados. Sumá la acelga picada y mezclá bien.
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En un bol grande, colocá las papas, la acelga rehogada, los huevos batidos, el queso rallado y los cubos de queso cremoso. Condimentá con sal, pimienta y, si te gusta, un poco de nuez moscada.
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Aceitá una fuente para horno, espolvoreá con pan rallado y volcá la mezcla de manera uniforme.
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Espolvoreá la superficie con más pan rallado y un chorrito de aceite de oliva.
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Llevá al horno precalentado a 180 °C durante 35 minutos, hasta que la superficie quede dorada y el pastel firme.
Consejos:
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Podés sumar un huevo extra si querés una textura aún más esponjosa.
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Para una versión más liviana, reemplazá las papas por zapallo hervido.
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Si buscás darle un toque distinto, agregá semillas de sésamo o girasol en la cobertura antes de hornear.
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Este pastel se disfruta caliente, pero también es riquísimo frío al día siguiente.
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Podés preparar la mezcla con anticipación, guardarla en la heladera y hornearla recién antes de comer.
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Si querés un pastel más húmedo, agregá un chorrito de leche o crema a la preparación.
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El queso rallado puede ser reemplazado por queso provolone o un queso de sabor fuerte para intensificar el gusto.
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Para hacerlo más completo, sumale un poco de jamón cocido en cubitos junto con la acelga.
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Si preferís evitar el pan rallado, podés cubrir con avena fina o harina de maíz para un toque distinto.
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Servilo acompañado de una ensalada fresca de tomates o de zanahoria rallada para un menú equilibrado.
El pastel de acelga al horno es una receta sencilla y sabrosa, que demuestra cómo con pocos ingredientes se puede lograr un plato rendidor, nutritivo y lleno de sabor.