En cada asado, los cortes de carne suelen llevarse toda la atención, pero los embutidos, como el chorizo y la morcilla, son protagonistas indiscutibles de la previa.
Sin embargo, a pesar de su popularidad, muchas veces se cometen errores básicos al cocinarlos que afectan directamente su sabor, textura y presentación.
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Conocer qué prácticas evitar y cómo tratarlos correctamente en la parrilla puede marcar una gran diferencia en el resultado final.
Errores comunes al cocinar chorizo y morcilla
No quitar la piola del chorizo
Un error muy habitual es dejar la piola con la que vienen atados los chorizos.
Aunque parece algo menor, esta cuerda puede dificultar el manejo del embutido en la parrilla.
Al girarlo, puede trabarse o quemarse, lo que altera el sabor del chorizo.
Además, retirarla una vez cocido es más complicado y puede hacer que el chorizo se rompa al momento de cortarlo.
Lo ideal es sacarla antes de ponerlos al fuego.
Colocar la morcilla sobre brasas muy calientes desde el inicio
La morcilla, a diferencia del chorizo, ya viene cocida. Solo necesita calentarse y tomar un poco de crocante por fuera.
Si se la coloca directamente sobre las brasas desde el comienzo, la piel puede romperse por el calor excesivo, provocando que el relleno se desarme y pierda su forma.
Lo mejor es ubicarla primero en una parte más templada de la parrilla y darle un golpe de calor fuerte justo antes de servir.
Consejos para cocinar chorizos y morcillas a la parrilla
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Cociná los chorizos a fuego medio durante 30 a 40 minutos, girándolos regularmente para lograr una cocción pareja.
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Si querés que queden más jugosos, empezá en una zona de menor temperatura y terminá en fuego directo para dorarlos.
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Colocá las morcillas en un rincón sin brasas para que se calienten lentamente sin riesgo de que exploten.
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Para el toque final, servilas con salsa criolla o chimichurri. Realzan su sabor sin opacarlos.
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Si vas a hacer choripanes, cortá el pan y dejalo unos minutos sobre la parrilla para que tome temperatura y no se humedezca.
Los embutidos bien cocinados pueden ser una entrada memorable o un gran complemento del asado principal.
Solo hace falta prestarles un poco de atención, evitar los errores más comunes y respetar sus tiempos.
Con estos simples cuidados, el chorizo y la morcilla se convierten en estrellas de cualquier parrilla.