Desde hace siglos, el queso es un alimento indispensable en muchas culturas. Su origen se remonta a tiempos antiguos, cuando los primeros pastores descubrieron que podían transformar la leche en un producto más duradero, nutritivo y sabroso.
Con el paso de los años, este simple proceso fue evolucionando, dando lugar a una enorme variedad de quesos, cada uno con su identidad propia, textura, sabor y usos culinarios.
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Hoy, el queso sigue siendo protagonista en la cocina de todo el mundo, adaptándose tanto a platos simples como a recetas más elaboradas.
A continuación, repasamos algunas de las variedades más populares, sus características y cómo podés aprovecharlas en tus comidas.
Quesos clásicos y sus mejores usos en la cocina
Mozzarella
De origen italiano, es un queso fresco, suave y elástico. Es ideal para pizzas, ensaladas caprese y todo tipo de ensaladas frescas. Su textura fundente lo convierte en un favorito absoluto.
Parmesano
Otro tesoro italiano. Es un queso duro, con textura granulosa y sabor salado. Se ralla sobre pastas, se suma a risottos y ensaladas, y también se puede comer en escamas con un toque de aceite de oliva.
Cheddar
Nacido en Inglaterra, se destaca por su color amarillo y su sabor intenso. Es perfecto para sándwiches calientes, fondues y tablas de quesos. Su maduración le da una fuerza particular muy apreciada.
Queso azul
De origen francés, tiene un sabor fuerte y picante. Su textura es cremosa y se utiliza mucho en ensaladas, sándwiches gourmet o incluso en combinaciones dulces como con peras o nueces.
Queso de cabra
Muy usado en Francia, tiene un gusto suave y delicado. Es cremoso, ideal para sumar a ensaladas, bruschettas o platos con frutos secos y miel.
Queso crema
También de origen francés, este queso suave y untuoso se usa tanto en recetas saladas como dulces. Va genial con tostadas, para rellenar tartas o como base de cheesecakes.
Queso costeño
Muy presente en la gastronomía española. Tiene una textura suave y un sabor salado. Se suele servir en tapas, ensaladas o acompañando pan recién horneado.
Queso de búfala
Similar a la mozzarella tradicional, pero con leche de búfala. Es fresco, suave y muy elástico. Es el protagonista de la clásica ensalada caprese o pizzas de estilo gourmet.
Manchego
Un queso español elaborado con leche de oveja. De textura firme y sabor pronunciado, es ideal para tablas de quesos, picadas, o cortado en fetas finas para bocaditos.
Gouda
Originario de los Países Bajos, es un queso amarillo, semiduro y de sabor suave. Muy versátil, se puede usar en sándwiches, fondues, pastas o incluso gratinados.
Queso blanco
Muy común en la cocina latinoamericana, es fresco, de sabor suave y algo salado. Funciona bien en tacos, empanadas, tartas saladas o para acompañar frutas.
Queso de oveja
Tradicional de Grecia, este queso es delicado, cremoso y ligeramente salado. Se suele utilizar en ensaladas, como la famosa griega, o en pastelería salada.
¿Cómo elegir el queso ideal?
La elección del queso dependerá siempre del uso que le quieras dar. Si buscás una textura fundente, optá por una mozzarella o un gouda.
Para un toque fuerte, el queso azul o el parmesano son ideales. Y si querés algo suave y versátil, el queso blanco o el de cabra no fallan.
El mundo del queso es amplio y lleno de matices. Probar diferentes tipos, combinarlos con frutas, panes, vinos o simplemente disfrutarlos solos, es una excelente forma de descubrir nuevos sabores y enriquecer tu alimentación diaria.
No hace falta ser chef ni gastar una fortuna: con un buen queso, una receta simple se transforma en un plato especial.