Tomates rellenos al horno con huevo y queso

Una receta fácil, colorida y deliciosa que combina el sabor fresco del tomate con la suavidad del huevo y el toque fundente del queso.

Es ideal para una cena liviana o un almuerzo rápido, y además tiene una presentación que encanta.

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Los tomates se hornean hasta quedar tiernos por fuera y cremosos por dentro, con un relleno dorado y muy sabroso.

Ingredientes

Lavá los tomates, cortales la parte superior y retirales con cuidado la pulpa con una cuchara, sin romper las paredes. Dejalos escurrir boca abajo unos minutos para eliminar el exceso de jugo.
Condimentá el interior de los tomates con una pizca de sal y pimienta.
En el fondo de cada tomate colocá un cubito de queso.
Agregá una yema con algo de clara en cada tomate, cuidando que no se desborde.
Sumá un toque de cebolla de verdeo picada o perejil, una cucharadita de mayonesa o crema y un poco de pimienta recién molida.
Espolvoreá queso rallado por encima de cada tomate, cubriendo bien la superficie.
Colocá los tomates en una fuente para horno ligeramente aceitada. Si querés, podés poner las tapas de tomate al costado.
Llevá al horno precalentado a 180 °C durante unos 20 minutos, o hasta que el queso esté dorado y el huevo cocido a tu gusto (si preferís la yema más blanda, reducí unos minutos la cocción).
Retirá con cuidado, dejá reposar un par de minutos y serví calientes o tibios.

Si querés un sabor más intenso, agregá un poco de jamón picado o panceta en el fondo del tomate antes de colocar el huevo.
También podés usar queso azul, provolone o cualquier variedad que gratine bien.
Acompañalos con una ensalada verde, arroz o puré de papas para una comida completa.
Para una versión más liviana, reemplazá la mayonesa por yogur natural o queso blanco.

Estos tomates rellenos al horno combinan lo mejor de lo simple con un resultado sabroso y nutritivo.

Son perfectos para preparar en pocos minutos y disfrutar de un plato casero lleno de color y sabor.