Las espinacas gratinadas con huevo son una opción deliciosa y nutritiva que combina lo mejor de las verduras con la cremosidad de la salsa y el toque irresistible del queso dorado.
Es un plato ideal para servir como guarnición o incluso como plato principal ligero, lleno de sabor y muy fácil de preparar.

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Ingredientes
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500 g de espinacas frescas (o congeladas)
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4 huevos
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200 ml de crema de leche
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150 g de queso rallado (mozzarella, gouda o el que prefieras)
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2 cucharadas de manteca
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2 cucharadas de harina
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300 ml de leche
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1 cebolla pequeña picada
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1 diente de ajo picado
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Sal y pimienta a gusto
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Nuez moscada (opcional)
Preparación
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Lavar bien las espinacas y hervirlas en agua con sal durante 2 a 3 minutos. Escurrirlas bien, picarlas y reservar.
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En una sartén, derretir una cucharada de manteca y saltear la cebolla junto con el ajo hasta que estén dorados. Agregar las espinacas picadas, salpimentar y cocinar unos minutos más.
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Preparar una salsa bechamel: en otra cacerola, derretir la manteca restante, añadir la harina y mezclar bien. Incorporar la leche poco a poco, batiendo constantemente hasta que espese. Condimentar con sal, pimienta y un toque de nuez moscada.
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Mezclar las espinacas salteadas con la bechamel hasta integrar.
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En una fuente para horno, colocar una base de la mezcla de espinacas y hacer pequeños huecos con una cuchara.
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Cascar un huevo en cada hueco y cubrir con el resto de la mezcla de espinacas.
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Verter la crema de leche por encima y cubrir con abundante queso rallado.
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Llevar al horno precalentado a 180 °C durante 20 a 25 minutos, hasta que el queso se derrita y quede gratinado.
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Retirar del horno y dejar reposar unos minutos antes de servir.
Consejos:
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Si usás espinacas congeladas, asegurate de escurrirlas bien para que no suelten agua al hornear.
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Podés reemplazar la crema de leche por leche evaporada si querés un plato más liviano.
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Añadir jamón en cubitos a la mezcla de espinacas le da un sabor extra muy rico.
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Para un gratinado más intenso, usá una mezcla de quesos como parmesano y mozzarella.
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Si preferís, podés hacer la receta en cazuelas individuales para una presentación más elegante.
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Un toque de pan rallado mezclado con queso rallado encima le da un gratinado más crujiente.
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Los huevos pueden dejarse enteros o romperse un poco con un tenedor antes de hornear para integrarlos mejor.
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Podés sumar otras verduras, como acelga o brócoli, para variar la receta.
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Si querés reducir calorías, usá leche descremada y queso light.
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Serví las espinacas gratinadas bien calientes, con pan tostado o como guarnición de carnes al horno.
Con esta receta vas a disfrutar de unas espinacas gratinadas con huevo irresistibles, cremosas y con un sabor que encanta a todos.
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