Estas trufas son suaves por dentro, firmes por fuera y tienen un baño de chocolate que les da un brillo perfecto.
Se decoran con hilos de chocolate, confites o glasé, logrando un postre elegante y festivo, ideal para regalar o sumar a la mesa navideña.

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Son aptas para quienes no consumen gluten, sin perder sabor ni presentación profesional.
Ingredientes
Para el relleno
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200 g de chocolate negro o semiamargo sin TACC
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100 ml de crema de leche
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25 g de manteca
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1 cucharada de licor (opcional)
Para la cobertura
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300 g de chocolate apto para celíacos (negro o con leche)
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Chocolate blanco sin TACC para decorar (opcional)
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Confites navideños, crocante de maní o azúcar gruesa (opcional)
Preparación
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Trozar el chocolate del relleno y colocarlo en un bol resistente al calor.
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Calentar la crema de leche hasta que esté a punto de hervor y verterla sobre el chocolate. Dejar reposar 2 minutos.
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Mezclar hasta obtener una crema espesa y brillante.
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Incorporar la manteca y el licor si se usa. Integrar bien.
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Llevar la mezcla a la heladera durante 2 horas para que tome firmeza.
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Formar bolitas con las manos y colocarlas sobre una bandeja. Llevar 15 minutos al freezer para que mantengan la forma.
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Derretir el chocolate de cobertura a baño María o en microondas en intervalos cortos. Mezclar hasta que quede fluido.
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Bañar cada trufa sosteniéndola con un tenedor, dejando que el exceso caiga antes de apoyarlas sobre papel manteca.
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Decorar mientras el chocolate está húmedo: hilos de chocolate blanco, granas rojas y verdes, crocante o azúcar gruesa.
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Dejar secar por completo y guardar en un recipiente hermético en la heladera.
Consejos:
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Enfriar previamente las trufas evita que se deformen al bañarlas.
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Para una cobertura más brillante, derretir el chocolate en tandas suaves para no quemarlo.
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Si la mezcla del relleno queda muy blanda, agregar un poco más de chocolate a la preparación base.
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El chocolate blanco sirve para hacer hilos finos o espirales decorativos.
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Usar confites navideños le da un toque festivo inmediato.
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Para trufas más firmes, mantenerlas siempre refrigeradas.
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Se pueden congelar por hasta 1 mes.
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Un baño doble (bañar, enfriar y volver a bañar) da una capa exterior más gruesa.
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Usar guantes ayuda a evitar marcas de dedos.
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Son perfectas para presentar en cajas o bolsitas como regalo casero.
Estas trufas son una opción práctica, elegante y muy sabrosa para sumar a la mesa de las fiestas o para regalar en forma casera.
Se conservan bien en la heladera y permiten variar las decoraciones según el estilo que más te guste.
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