Si querés un pan de miga húmeda, corteza dorada y perfume a aceite de oliva, esta versión es para vos.
Está pensada para que salga bien incluso sin experiencia, usando harina común de panadería, horno familiar y un truquito de vapor casero.

Te recomendamos: Cómo hacer Sorrentinos caseros con pocos ingredientes
Con pocos pasos claros, vas a tener un pan que acompaña de entrada a postre.
Ingredientes
-
500 g de harina 000 (panadera)
-
8 g de sal fina
-
7 g de levadura seca (o 20 g de levadura fresca)
-
20 g de aceite de oliva
-
320–340 ml de agua templada (no caliente)
-
Opcional: 1 cdita de azúcar o miel para ayudar a la levadura
-
Para el horneado: un poco más de aceite de oliva y harina para espolvorear, 4–5 cubitos de hielo o ½ vaso de agua para generar vapor
Preparación
-
Activar levadura. En un bol chico mezclá el agua templada con la levadura y el azúcar/miel. Dejá 5–10 minutos hasta que espume.
-
Formar la masa. En un bol grande uní harina y sal. Hacé un hueco, volcá la mezcla de levadura y el aceite de oliva. Integrá con cuchara o mano hasta que no queden partes secas. Si la notás muy dura, agregá 1–2 cucharadas más de agua.
-
Amasado breve. Pasá a la mesada apenas aceitada. Amasá 5–7 minutos con técnica suave (empujar, plegar, girar). No hace falta castigar la masa; buscá una textura lisa y elástica.
-
Primer levado. Poné la masa en el bol, tapá con film o repasador y dejá crecer hasta duplicar, 60–90 minutos en lugar templado (o 2–3 horas si está fresco).
-
Desgasificar y plegar. Bajá la masa a la mesada, aplastá suavemente para sacar aire y hacé 2–3 pliegues (como doblar una carta). Esto mejora la estructura sin complicaciones.
-
Formado. Para pan tipo “filone” (alargado): estirá en rectángulo, enrollá apretando desde el lado largo, sellá la unión con los dedos y afiná las puntas. Para molde redondo: llevala hacia el centro en varios pliegues y girá cerrando tensión.
-
Segundo levado. Colocá el pan sobre papel manteca espolvoreado con harina (o dentro de un molde apenas aceitado). Tapá y dejá levar 40–60 minutos, hasta que casi duplique.
-
Precalentar y vapor. Poné una bandeja pesada en el piso del horno y precalentá fuerte a 250 °C. Hacé 2–3 cortes superficiales al pan con cuchillo bien filoso.
-
Horneado. Deslizá el pan sobre una chapa caliente o rejilla central. Tir á 4–5 cubitos de hielo (o medio vaso de agua) en la bandeja del piso del horno para crear vapor y cerrá de inmediato. Horneá 10 minutos a 250 °C, bajá a 220 °C y seguí 20–25 minutos más, hasta que la corteza esté bien dorada y, al golpear la base, suene hueco.
-
Enfriado. Pasá a rejilla y dejá al menos 45 minutos antes de cortar. El reposo termina de asentar miga y aroma.
Consejos:
-
Hidratación justa: empezá con 320 ml de agua y, si la harina pide más, sumá de a chorritos. Una masa apenas pegajosa da mejor miga.
-
Frío que ayuda: si tenés tiempo, hacé el primer levado 8–12 horas en heladera. Gana sabor y la masa se maneja fácil.
-
Aceite de oliva en la corteza: pincelá muy suave al salir del horno para brillo tipo panadería.
-
Cortes limpios: mojá la hoja o usá cutter nuevo; los cortes guían la expansión y evitan “explosiones” laterales.
-
Variante con hierbas: agregá 1 cda de romero o mezcla seca a la harina. Para focaccia rápida, estirá la masa en fuente aceitada, marcá con dedos, sal gruesa y aceite; 220 °C, 20–25 min.
-
Conservación: una vez frío, envolvelo en repasador o guardalo en bolsa de papel. Si vas a congelar, cortalo en rebanadas y va directo al tostador.
-
Acompañar: ideal con tomate, albahaca y un chorrito de oliva; también para sandwiches con fiambre, quesos o milanesa del día anterior.
Pan que cruje, huele a oliva y no falla: con esta base vas a tener un clásico italiano en tu mesa, simple, rendidor y de resultado parejo todas las veces.
Raza Italiana Cosas de la terra nostra