La salsa de tomate casera tiene un sabor fresco y auténtico que no se compara con las versiones comerciales. Puedes ajustar los ingredientes y las especias según tus preferencias, lo que resulta en un producto final más personalizado y sabroso.
Al hacer tu propia salsa de tomate, tienes control total sobre los ingredientes que utilizas. Puedes optar por ingredientes frescos y de alta calidad, evitando conservantes, colorantes y otros aditivos que se encuentran en las versiones comerciales.
Aunque puede requerir un poco más de tiempo y esfuerzo que comprar una salsa prehecha, hacer tu propia salsa de tomate puede ser más económico a largo plazo, especialmente si compras los tomates en temporada o cultivas tus propios tomates.

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Ingredientes para hacer salsa de tomate casera
- 1,5 kg de tomates maduros
- 1 cebolla grande, picada
- 2 dientes de ajo, picados
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1 zanahoria, pelada y rallada (opcional, para dulzura)
- 1 hoja de laurel
- Sal y pimienta al gusto
- Azúcar (opcional, para ajustar la acidez)
Procedimiento
- Limpia los tomates y practica una pequeña incisión en la parte inferior de cada uno. Posteriormente, sumérgelos en agua hirviendo durante unos 30 segundos y transfiérelos de inmediato a un recipiente con agua fría para despojarlos de su piel fácilmente.
- Despelleja y trocea los tomates. En una sartén amplia, calienta el aceite de oliva a fuego medio.
- Agrega la cebolla y el ajo, y cocina hasta que estén suaves y translúcidos. Incorpora los tomates troceados, la zanahoria rallada (si la utilizas), la hoja de laurel, sal y pimienta al gusto.
- Si los tomates no poseen la dulzura deseada, puedes añadir una pizca de azúcar para equilibrar su acidez. Reduce la intensidad del fuego a medio-bajo y cocina la mezcla a fuego lento durante aproximadamente 45 minutos a 1 hora, removiendo ocasionalmente.
- La salsa debería reducirse y espesarse. Retira la hoja de laurel y emplea una batidora de mano para lograr una salsa suave.
- Si prefieres una textura más gruesa, puedes obviar este paso o batir la salsa con brevedad para conservar algunos trozos pequeños. Prueba la salsa y ajusta la sazón según tu preferencia.
Tips
- Utiliza tomates maduros y de buena calidad para obtener el mejor sabor. Los tomates tipo roma o san marzano son excelentes opciones debido a su alto contenido de pulpa y bajo contenido de agua, lo que los hace ideales para hacer salsa.
- Si prefieres una salsa de tomate más suave y menos ácida, puedes retirar las semillas antes de cocinar los tomates. Simplemente corta los tomates por la mitad y usa una cuchara para raspar las semillas y la pulpa.
¿Cómo conservar la salsa de tomate casera en tarritos?
- Lava bien los tarros de vidrio y las tapas con agua caliente y jabón. Luego, esterilízalos sumergiéndolos en agua hirviendo durante al menos 10 minutos. Esto ayudará a eliminar cualquier bacteria y garantizará una conservación segura de la salsa.
- Una vez que la salsa de tomate esté lista y aún caliente, llena los tarros esterilizados con la salsa, dejando aproximadamente 1 cm de espacio en la parte superior para permitir la expansión durante el proceso de conservación.
- Usa un utensilio limpio, como una espátula o un cuchillo de manteca, para eliminar cuidadosamente cualquier burbuja de aire atrapada en la salsa. Esto ayudará a evitar la oxidación y la posible contaminación de la salsa.
- Coloca las tapas esterilizadas sobre los tarros y ajústalas firmemente, pero no en exceso. Asegúrate de que estén bien selladas para evitar la entrada de aire y microorganismos no deseados.
Hay dos métodos principales para conservar la salsa de tomate en tarros: procesamiento en baño de agua caliente y conservación en el refrigerador.
- Procesamiento en baño de agua caliente: Coloca los tarros llenos de salsa en una olla grande con agua hirviendo, asegurándote de que estén completamente sumergidos. Hierve durante al menos 15-20 minutos para esterilizar completamente los tarros y sellarlos herméticamente. Luego, retira los tarros con cuidado y déjalos enfriar completamente antes de almacenarlos en un lugar fresco y oscuro.
- Conservación en el refrigerador: Si prefieres una opción más rápida y sencilla, puedes simplemente refrigerar los tarros llenos de salsa después de sellarlos. La salsa de tomate casera se mantendrá fresca en el refrigerador durante aproximadamente 1-2 semanas.
Etiqueta cada tarro con el contenido y la fecha de envasado para que puedas llevar un registro de cuánto tiempo ha estado almacenada la salsa y consumirla antes de que caduque.
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