El glaseado de limón es el toque que transforma cualquier torta o budín en un postre digno de admiración. Su mezcla entre dulzura y un suave toque ácido lo convierte en el complemento ideal.
Además, es tan simple de preparar que se convertirá en tu opción favorita para darle un acabado profesional a tus creaciones caseras.

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Ingredientes
- 1 taza de azúcar impalpable
- 2 a 3 cucharadas de jugo de limón fresco
- 1 cucharadita de ralladura de limón
- 1 a 2 cucharadas de leche (opcional, para ajustar la textura)
Preparación
- Tamizá el azúcar impalpable en un bol mediano para evitar grumos y lograr un glaseado liso.
- Agregá de a poco el jugo de limón mientras mezclás con un batidor de mano o una cuchara, hasta integrar bien.
- Incorporá la ralladura de limón para potenciar el sabor y darle un toque más fresco.
- Si el glaseado queda muy espeso, añadí una cucharadita de leche a la vez, hasta lograr la consistencia deseada: debe ser espeso pero lo suficientemente fluido para cubrir y escurrir ligeramente sobre el postre.
- Verté el glaseado sobre tu torta o budín completamente frío. Ayudate con una espátula o cuchara para esparcirlo de manera uniforme.
- Dejalo reposar a temperatura ambiente hasta que el glaseado se endurezca levemente y forme una capa brillante.
Consejos para un glaseado perfecto:
Proporciones ideales:
- Si te gusta un sabor más suave, podés reducir un poco el jugo de limón y sustituirlo por agua o leche.
Textura uniforme:
- Asegurate de tamizar bien el azúcar impalpable para evitar cualquier imperfección.
Creatividad extra:
- Podés incorporar unas gotas de esencia de vainilla o cambiar la ralladura de limón por naranja para variar el sabor.
Este glaseado es tan versátil como delicioso, ideal para darles ese toque especial a tus tortas y budines favoritos.
¡Probalo y disfrutá del contraste perfecto entre frescura y dulzura!
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