Un condimento casero que realza cualquier plato sin complicarse.
La mezcla combina sal rosa con hierbas secas de uso cotidiano y se prepara en minutos.
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Rinde mucho, aporta aroma fresco y te ayuda a bajar el uso de aderezos pesados sin perder sabor.
Ingredientes
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2 cucharadas de sal rosa (entrefina)
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1 cucharadita de romero seco
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1 cucharadita de tomillo seco
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1 cucharadita de albahaca seca
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1 cucharadita de orégano seco
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Opcional: ½ cucharadita de pimienta blanca molida, 1 cucharadita de cáscara de naranja o limón deshidratada y molida
Preparación
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Verificá que todas las hierbas estén bien secas; si conservan humedad, extendelas en una placa y secá 10–15 minutos a 80 °C con puerta entreabierta.
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Colocá en la licuadora, procesadora o vaso triturador la sal rosa, el romero, el tomillo, la albahaca y el orégano.
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Procesá en pulsos cortos de 10–15 segundos para evitar que el calor suba y las hierbas pierdan perfume.
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Detenete, raspá las paredes con una espátula y repetí los pulsos hasta lograr un polvo fino y de color verde homogéneo.
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Si usás los opcionales, incorporalos ahora y hacé uno o dos pulsos más para integrarlos sin sobrecalentar.
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Probá una pizca entre los dedos: si se sienten cristales muy grandes, volvé a pulsar; si la textura te gusta más rústica, dejala así.
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Pasá la mezcla a un colador fino y sacudí suavemente para separar el polvo de las escamas más gruesas; podés guardar ambas fracciones por separado (polvo para terminar platos, escamas para marinadas).
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Envasá en un frasco de vidrio bien seco y limpio; llená sin comprimir para que no se apelmace.
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Etiquetá con fecha y guardá en lugar fresco, seco y oscuro. La mejor potencia de aroma se mantiene entre 3 y 6 meses.
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Usá una cucharita seca cada vez que condimentes para evitar que la humedad del vapor ingrese al frasco.
Consejos:
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Granulometría a gusto: si querés una sal de mesa bien fina, procesá más y colá; para parrilla o hornos, dejá cristales medianos que resistan la cocción.
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Secado exprés de hierbas frescas: disponé ramitas en una bandeja, 60–80 °C durante 25–35 minutos con la puerta entreabierta; enfriá antes de moler.
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Equilibrio de sabor: la regla base es 2 partes de sal por 1 parte total de hierbas. Si buscás reducir sodio, invertí la proporción y suma ½ cdita de ajo en polvo para redondear.
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Usos rápidos: 1 cdita por kilo de papas al horno, ½ cdita para terminar vegetales salteados, una pizca sobre tomates, ricota o palta, y 1 cdita mezclada con 2 cdas de aceite de oliva para pintar pollo, pescado o verduras antes de asar.
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Marinada básica: 1 cda de sal de hierbas + 2 cdas de aceite de oliva + 1 cda de jugo de limón; 30 minutos de reposo para pollo o zucchinis y 10 minutos para pescados blancos.
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Conservación impecable: usá frascos chicos, llenalos casi hasta el borde y cerrá bien. Evitá manipular cerca de la hornalla encendida: el vapor humedece y apaga el aroma.
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Variantes: versión mediterránea (sumá ½ cdita de pimentón dulce), versión picante (¼ cdita de ají triturado), o “verde cítrica” (solo con la cáscara deshidratada opcional).
Un frasco de sal de hierbas a mano cambia la cocina del día a día: realza sabores, ordena la mesa y te permite comer rico con menos esfuerzo.
Guardalo en la alacena y renovalo periódicamente para mantener su perfume al máximo.