Esta tarta fría es una opción perfecta para los días de calor: no necesita horno, es liviana, fresca y con un sabor cítrico que combina ideal con la cremosidad del queso.
Ideal para una merienda especial o para servir como postre.

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Ingredientes
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200 g de galletitas tipo María o Lincoln 
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100 g de manteca derretida 
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400 g de queso crema tipo Casancrem 
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200 ml de crema de leche para batir 
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100 g de azúcar 
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1 sobre de gelatina sin sabor (7 g) 
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Jugo de 2 naranjas 
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Ralladura de 1 naranja 
Para decorar:
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Rodajas de naranja 
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Merengues secos (opcional) 
Preparación
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Procesá las galletitas hasta que queden como polvo. Mezclalas con la manteca derretida y volcá en un molde desmontable, presionando bien para formar una base compacta. Llevá a la heladera mientras preparás el relleno. 
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Batí el queso crema con el azúcar hasta que quede una mezcla suave y homogénea. Reservá. 
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En otro bol, batí la crema de leche (bien fría) hasta que tome cuerpo sin pasarte. Incorporala a la mezcla anterior con movimientos envolventes. 
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Hidratá la gelatina con 4 cucharadas de agua fría. Calentala a baño maría o en microondas sin que hierva, dejá entibiar unos segundos y sumala a la preparación mezclando muy bien. 
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Volcá la mezcla sobre la base de galletitas y alisá la superficie. Llevá a la heladera por lo menos 4 horas o hasta que esté bien firme. 
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Para la crema de naranja, calentá en una ollita el jugo y la ralladura. Cociná unos minutos a fuego bajo hasta que reduzca levemente y espese. Si preferís una textura más cremosa, podés sumar una cucharadita de almidón de maíz disuelta en un poco de agua fría. Dejá enfriar. 
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Cuando la tarta esté firme, volcá la crema de naranja sobre la superficie y esparcí con cuidado. Decorá con rodajas finas de naranja y, si querés, agregá merenguitos secos. 
Consejos:
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La crema de leche debe estar bien fría para que monte sin cortarse. 
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Para una terminación más brillante podés pincelar las rodajas de naranja con gelatina sin sabor disuelta. 
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Si querés intensificar el color de la cobertura, unas gotas de colorante naranja comestible van perfecto. 
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Guardala en heladera bien tapada hasta 3 días. Es mejor no congelarla para que no pierda textura. 
Una tarta ideal para cualquier ocasión: fresca, colorida, suave y fácil de hacer.
Con el equilibrio justo entre dulzura y acidez, se va a convertir en una de tus recetas preferidas.
 Raza Italiana Cosas de la terra nostra
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