Al mencionar dulces como mermeladas, nuestra mente vuela instantáneamente a sabores frutales como la fresa, la ciruela o la naranja.
Pero, ¿qué pasaría si te contara que el café, esa bebida que te despierta cada mañana, puede transformarse en un exquisito dulce?

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La propuesta puede sonar poco convencional al principio, pero este dulce fusiona la intensidad del café con la suavidad y dulzura tradicional del dulce, creando un complemento perfecto para tu desayuno o merienda.
Ingredientes
- 4 cucharadas de café molido
- 300ml de crema de leche entera (con al menos un 35% de materia grasa)
- 100g de azúcar (el de tu preferencia)
Preparación
- En una cacerola, lleva la crema de leche y el azúcar a ebullición.
- Una vez que hierva, agrega el café previamente disuelto en 200ml de agua caliente.
- Reduce la intensidad del fuego y deja cocinar a fuego lento durante unos 25-30 minutos.
- Retira del fuego y deja reposar para que alcance la temperatura ambiente.
- Transfiere el dulce a un recipiente y refrigera por varias horas. Con el frío, el dulce adquirirá una textura más espesa y consistente.
Consejos:
- Si eres amante del café, experimenta con diferentes variedades y grados de tueste para obtener matices distintos en tu dulce.
- Este dulce es una excelente opción para acompañar postres. Imagina un cheesecake con una capa de dulce de café por encima o rellenando un pastel de chocolate.
- Para un toque diferente, agrega un poco de licor de café o de naranja al final de la cocción.
- Asegúrate de utilizar un café de buena calidad, ya que es el sabor predominante en el dulce.
- Si prefieres un sabor más dulce, ajusta la cantidad de azúcar según tu paladar o incluso añade un chorrito de sirope de arce o agave.
El dulce de café se ha convertido en una de esas delicias que, una vez que pruebas, se quedan en tu repertorio culinario. Es la prueba perfecta de que siempre hay espacio para innovar en la cocina.