Estas galletas son delicadas, arenosas y muy aromáticas, con un equilibrio perfecto entre lo cítrico de la naranja y el toque ácido del arándano.
Tienen una textura tipo mantecada, se cortan en rodajas y se terminan con azúcar por fuera, lo que les da ese aspecto rústico y tentador.

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Son ideales para preparar con anticipación y lucir en la mesa dulce.
Ingredientes
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225 g de manteca sin sal, a temperatura ambiente
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100 g de azúcar impalpable
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250 g de harina de trigo 0000
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Ralladura fina de 1 naranja grande
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1 cucharada de jugo de naranja
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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60 g de arándanos secos, apenas picados
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1 pizca de sal
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Azúcar común extra, para rebozar
Preparación
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Colocar la manteca blanda en un bowl amplio junto con el azúcar impalpable. Batir con batidor de mano o eléctrico hasta obtener una crema suave, clara y bien integrada.
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Agregar la ralladura de naranja, el jugo de naranja y la esencia de vainilla. Mezclar hasta que los aromas queden bien repartidos en la preparación.
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Incorporar la pizca de sal y la harina tamizada de a poco, mezclando primero con espátula y luego con las manos hasta formar una masa homogénea, blanda y sin grumos de harina.
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Sumar los arándanos picados y distribuirlos de manera pareja, evitando amasar de más para no teñir toda la masa.
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Volcar la masa sobre la mesada y formar un cilindro parejo, de unos 4 a 5 cm de diámetro.
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Espolvorear azúcar común sobre la mesada y hacer rodar el cilindro de masa hasta cubrir bien toda la superficie. Este paso es clave para lograr el acabado azucarado característico.
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Envolver el cilindro en film y llevar a la heladera durante al menos 1 hora, hasta que la masa esté bien firme y se pueda cortar sin deformarse.
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Precalentar el horno a 170 °C y preparar una placa con papel manteca.
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Retirar la masa fría y cortar rodajas de aproximadamente 1 cm de espesor.
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Disponer las galletas en la placa, dejando un pequeño espacio entre cada una.
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Hornear durante 12 a 15 minutos, hasta que estén apenas doradas en la base pero todavía claras en la superficie.
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Retirar del horno y dejar enfriar completamente sobre una rejilla para que terminen de afirmarse.
Tips y consejos:
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Es importante no exceder el tiempo de horno para que mantengan su textura suave y arenosa.
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Si la masa se ablanda mientras cortás, llevar nuevamente a la heladera unos minutos.
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La ralladura debe ser solo la parte naranja de la cáscara, sin lo blanco, para evitar sabor amargo.
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Se conservan muy bien en latas herméticas durante varios días.
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También se pueden freezar ya formadas y hornear directamente cuando se necesiten.
Estas galletas de naranja con arándanos combinan simpleza y sabor en una receta rendidora y elegante.
Son perfectas para acompañar el café, regalar o sumar a cualquier mesa dulce con algo distinto y casero.
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