La focaccia es uno de los panes más emblemáticos de Italia, con una textura esponjosa y una superficie dorada y crujiente.
Su origen se remonta a la antigua Roma, y con el tiempo se convirtió en una especialidad de Liguria y otras regiones italianas.
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La versión con masa madre resalta su sabor y aroma gracias a la fermentación lenta, lo que la hace aún más ligera y digerible.
Tradicionalmente, se disfruta en el desayuno, como acompañamiento en la comida o como merienda con embutidos y quesos.
¡Aprendé a hacer esta delicia en casa con la receta auténtica!
Ingredientes
- 500 g de harina 00 (o una mezcla de harina 00 y sémola de trigo duro)
- 150 g de masa madre refrescada (o 100 g de masa madre activa)
- 320 ml de agua tibia
- 10 g de sal
- 2 cucharadas de aceite de oliva extra virgen
- 1 cucharadita de azúcar (opcional, para estimular la levadura)
- Sal gruesa y romero para decorar (opcional)
Preparación
- Disolver la masa madre en el agua tibia en un bol grande, mezclando bien hasta que no queden grumos.
- Agregar la harina poco a poco, incorporándola con una espátula o con las manos hasta formar una masa pegajosa.
- Incorporar la sal y el aceite de oliva, luego amasar durante 10-15 minutos hasta obtener una masa lisa y elástica.
- Formar una bola con la masa y colocarla en un bol ligeramente engrasado con aceite de oliva. Cubrir con un paño húmedo o film plástico y dejar reposar a temperatura ambiente por 6 a 8 horas, o hasta que duplique su tamaño. Si se prefiere una fermentación más lenta para mayor sabor, refrigerar la masa de 12 a 24 horas.
- Volcar la masa sobre una bandeja de horno engrasada y estirarla suavemente con las yemas de los dedos hasta formar un rectángulo de aproximadamente 30×40 cm.
- Dejar reposar nuevamente por 2 horas, cubriendo con un paño limpio, hasta que la masa vuelva a crecer.
- Precalentar el horno a 220°C (estático) o 200°C (ventilado).
- Antes de hornear, hacer hoyuelos en la masa con los dedos y pincelar con aceite de oliva. Agregar sal gruesa y romero si se desea.
- Hornear durante 20-25 minutos, hasta que la superficie esté dorada y crujiente. Para una base más crocante, colocar la bandeja en la parte baja del horno los primeros 10 minutos y luego subirla al centro.
- Retirar del horno y dejar enfriar unos minutos antes de servir.
Consejos y Variantes:
- Para una focaccia más esponjosa, añadir una cucharadita de miel o azúcar en la mezcla inicial.
- Se puede conservar en un recipiente hermético hasta 3 días o congelar en porciones. Para recalentar, rociar con agua y calentar en horno a 180°C por 5 minutos.
- Se puede personalizar con tomates cherry, aceitunas, cebolla caramelizada o queso rallado.
Esta receta tradicional italiana destaca por su proceso de fermentación lenta, que resalta el aroma y la textura única de la focaccia.
Se suele comer en el desayuno con café, en el almuerzo como sustituto del pan, o como merienda con embutidos y quesos.
En Italia, es una receta culturalmente importante porque simboliza la conexión entre la panadería artesanal y la tradición de compartir comida en familia.
¡Preparala en casa y disfrutá de un clásico italiano con todo su sabor auténtico!