Estas galletitas de maicena son una delicia suave, liviana y con un sabor irresistible. Son ideales para acompañar el mate o un cafecito de la tarde.
Tienen una textura tan delicada que se deshacen apenas las mordés, y además quedan con una presentación hermosa, como si fueran mini calabacitas.
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Ingredientes
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200 g de manteca (a temperatura ambiente)
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100 g de azúcar impalpable
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1 huevo
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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250 g de maicena
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100 g de harina 0000
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1 cucharadita de polvo de hornear
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Azúcar impalpable extra para espolvorear
Preparación
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En un bol grande, batí la manteca con el azúcar impalpable hasta que la mezcla esté bien cremosa y pálida. Esto se logra mejor con batidora, pero también podés hacerlo a mano con un poco de paciencia.
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Agregá el huevo y la esencia de vainilla, y seguí batiendo hasta integrar bien todos los ingredientes. No te preocupes si la mezcla parece cortada, se va a unir con los secos.
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En otro recipiente, tamizá la maicena, la harina y el polvo de hornear. Luego, incorporalos de a poco a la mezcla anterior. Usá una espátula o tus manos para formar una masa suave, lisa y que no se pegue.
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Ahora viene el paso más lindo: formar las galletitas. Podés usar una manga con pico rizado (como en la imagen) para armar pequeñas flores o bolitas con forma. Si no tenés manga, hacé bolitas con la mano y marcá suavemente con un tenedor en cruz.
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Colocá las galletitas sobre una placa para horno con papel manteca o una plancha enmantecada. No hace falta dejar mucha distancia porque no crecen demasiado.
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Llevá al horno precalentado a 160 °C durante 12 a 15 minutos. Tienen que quedar apenas doradas en la base, pero bien claritas por arriba. Si se doran mucho, pierden su textura tan suave.
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Una vez cocidas, retiralas con cuidado (son frágiles calientes) y dejalas enfriar sobre una rejilla.
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Cuando estén frías, espolvoreá con azúcar impalpable para darles un toque especial.
Consejos:
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Para lograr esa forma perfecta de flor como en la foto, la masa tiene que estar blandita pero firme. Si está muy dura, agregá una cucharadita de leche.
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Estas galletitas se conservan perfectas en frascos herméticos durante varios días.
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Si querés podés hacer una versión con relleno: colocá dulce de leche en el medio de dos galletitas y armá tipo alfajor.
Una receta simple, rendidora y de las que siempre lucen. ¡Tenés que probarlas!